Hay una solo Fuente de todo lo que es: una sola vida, la vida del Espíritu. Es la Totalidad de cada pensamiento, acción, evento y circunstancia. Es la esencia amorosa incondicional del universo que se expresa en, y a través de toda la creación en todo, en todos y en todos los lugares.
Este Uno es todo mi ser. Con cada respiración que tomo, inhalo la Totalidad. Así como esto es la verdad para mí, es la verdad para cada uno de nosotros. Cada uno de nosotros está unificado con la Fuente Única y con el otro. Vivimos en la realidad de que siempre hubo y eternamente habrá una sola cosa que está ocurriendo - el Amor mismo.
Esta idea toma la forma del amor, la paz y la alegría en nuestros sentimientos de conexión con todo lo que es. Desde esta expansión del pensamiento, reconozco una conciencia más profunda de nuestra unidad y conexión con toda la familia humana, con el planeta que nos sustenta y con toda la vida. Nunca estamos solos. Tenemos un poder más allá de lo que podemos imaginar por nuestra conexión y experiencia de la Divinidad dentro de nosotros, del otro y de todo.
Por todo esto, estoy agradecido.
Ahora dejo ir esta oración hacia la actividad amorosa de la Ley Divina, que ya responde afirmativamente.
Y así es.
