Hay un Poder, una
Presencia, una Fuente de todo lo que es, siempre ha sido y siempre será. Es el
Amado, el Todopoderoso. Es el Creador, que goza al dar de Sí mismo, dando
eternamente, dando incondicionalmente a aquello que crea; manifestándose y
expresándose como todo lo que crea. Es todo amor, inteligencia y creatividad.
El Amado está
aquí mismo, está presente dondequiera que estoy, expresándose en y a través y
como lo que yo soy. Es la vida que yo soy, el amor y la inteligencia, la
sabiduría que yo soy.
Así como esto es
cierto para mí, es cierto para cada persona que comparte este planeta. El Amado,
el Todopoderoso, se deleita en expresarse en y a través y como cada persona.
Con esta oración
declaro, para el colectivo de todos los que compartimos este planeta, una
claridad renovada y ampliada de nuestra interconexión e interdependencia. Todos
y cada uno de nosotros somos una parte inseparable del Uno. Es imposible que
alguien esté separado. Es imposible que alguna acción esté separada. Todos
estamos conectados, siempre. Nuestras acciones, cada acción, está conectada la
una a la otra. Con esta claridad renovada y ampliada, reconocemos la necesidad
de vivir en paz y harmonía.
Con esta oración
reconozco el Amor que se expresa como cada persona. Sé que cada persona está
rodeada e inmersa en el Amor. Cada persona es el Amor expresándose. Porque,
como nos enseñó Ernest Holmes: “Únicamente el amor conoce al amor, y el amor
solamente conoce el amor”.
Estoy llena de
gratitud por esta palabra de oración.
Con confianza,
dejo ir esta oración a la Ley de la Mente que lo manifiesta.
Y así es.
Susan Bennett,
RScP
Centro para la Vida Espiritual, Santa Rosa
