Estoy aquí con un propósito, por medio de la voluntad de la Divinidad, como instrumento y canal del Uno. Soy hija de Padre-Madre Dios. Estoy conectada con toda la vida, lo visible y lo invisible, lo conocido y lo desconocido. Vivo dentro del cuerpo, la mente y el Espíritu único de la Divinidad, inseparable de todo lo que es. Dios está presente en mí, a mi alrededor y como lo que yo soy. La Presencia Divina está tan cerca como mi aliento —y es ese aliento—, infundido con potencial, amor y compasión infinitos.
Con esta comprensión, estoy dispuesta a soltar cualquier pensamiento, idea o actitud limitante que sea contraria a mi bien o al bien de otros. Abro las puertas de mi cuerpo, corazón y mente para dejar ir lo que no es útil, mientras acojo un mayor bien que sea el fundamento de mis pensamientos, palabras y acciones. Tomo tiempo para examinar mis pensamientos y creencias antes de actuar. Me doy cuenta de las situaciones en las que olvido la naturaleza ilimitada de la Divinidad y permanezco estancada en una creencia inútil. Busco apoyo de oración. Si aparece el temor o la preocupación, se la entrego al Ser Supremo; confío en el amor, la inteligencia y el momento oportuno de la Divinidad.
Libero esta oración con un corazón agradecido, confiando en que esto ya ha sido conocido y hecho por el Uno.
Y así es.
Amada Colt RScP
