Hay una vida. Y esa vida es la vida del Espíritu Viviente. Es omnipresente y omnisciente. Su sabiduría es la fuerza rectora de toda la creación. Toda la vida es una expresión de la paz y unidad del Espíritu.
Yo soy uno con el Espíritu Viviente. Mi vida es una creación del Espíritu. La sabiduría del Espíritu se expresa a través de mí. La paz y la esencia amorosa del Espíritu viven en mí ahora.
Declaro que la sabiduría eterna del Espíritu me guía en todos mis asuntos. Elevo mi consciencia para ver y conocer la visión espiritual más elevada para todos los seres. Me aferro a una visión evolutiva de paz y unidad para todos. Soy guiado por la voz de la verdad dentro de mí hacia la perfecta acción correcta. Veo claramente el camino a seguir hacia las soluciones útiles y el surgimiento de un futuro prometedor. Mi vida está en plena armonía con el Espíritu Viviente. Su paz y esencia amorosa se expresan a través de mis palabras y acciones. La unidad es mi fundamento y mi verdad.
Doy las gracias por la revelación de esta poderosa verdad. La acepto como es, completa en la Mente del Espíritu y la dejo ser.
Y así es.
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