El Amor de Dios está presente aquí y ahora en mí y en mi situación. Este Amor Divino provee todo lo que se necesite para mí, a través de mí. La generosidad del Espíritu Viviente es evidente en mi vida. La presencia todopoderosa de Dios está activa en mi vida.
Acepto que todas mis necesidades sean satisfechas. Mi familia y yo tenemos comida y albergue y todo lo que necesitamos para vivir la vida plenamente. Gracias a la generosidad del Espíritu Viviente, llega a mí una vivienda segura y cómoda. Abro mi consciencia para aceptar esto como mi realidad. De este Amor Divino recibo guía y apoyo. La generosidad del Espíritu Viviente es mi proveedor. Me siento en casa en el Espíritu.
Confío en Dios y celebro toda la bondad que fluye hacia mí y mi familia.
Lo dejo ser, y así es.
Diane Tapogna, RScP
Center for Spiritual Living, Santa Rosa, CA
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