Solo hay una vida. Esta vida es la vida de Dios. Es perfecta, íntegra y completa. Está aquí y ahora, expresándose como toda la vida, infundiendo a toda la creación con su presencia amorosa, la fuente y el sostén de todo lo que es. Este Uno siempre está actuando en nombre de su creación para su bien más elevado.
Esta es mi vida ahora. Yo soy una expresión individualizada de Dios, un instrumento de la Divinidad. Yo estoy hecha de esta sustancia única del Ser. Estoy aquí de forma deliberada, por medio de la voluntad y el amor de Dios. No hay un lugar donde yo termine y el resto de la Vida comience.
Desde esta consciencia, afirmo la inteligencia divina, el amor y el poder que viven en mí, alrededor de mí y a través de mí. Acojo esta comprensión en medio del desenvolvimiento de la vida. Confío en que estoy en el lugar correcto en el momento correcto y que todo lo que necesito está aquí donde estoy. Recuerdo que soy creada de nuevo en cada momento, que el equilibrio, el alivio y la armonía viven en mí y son mi naturaleza divina. Soy amable y me perdono a mí misma. Descanso en la idea de que la Vida está conspirando para mi bien más elevado y para mi crecimiento espiritual continuo. Descanso en la fortaleza y la ternura del abrazo de Dios. Me rindo a este entendimiento que a su vez informa y guía mis pensamientos, palabras y acciones.
Con gratitud y alegría, celebro la verdad espiritual de mi persona y de toda la vida.
Esta oración se conoce y se hace en la mente de Dios. Y así es.
Amada Colt, RScP
Centro para la Vida Espirtual, Santa Rosa, California
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