Hay una Presencia Divina, inalterable y constante que es infinita y eterna. Esta Presencia Divina siempre está impartiendo su poder creativo y amor a toda la creación. Esta Presencia Divina guía y apoya cada aspecto de la existencia. Es el Amado. Es la Realidad verdadera y única.
El poder creativo de la Presencia Divina vive en mí. El amor de la Presencia Divina vive en mí. Es quien soy. Se expresa en cada aspecto de mi vida. Yo soy una con la Presencia Divina.
Acepto que, en este momento, la Presencia Divina me está apoyando, guiando y satisfaciendo todas mis necesidades mientras navego a través de este tiempo de cambio. Me abro al reconocimiento pleno de la verdad de quién soy. Recuerdo que puedo acudir al amor y al poder creativo de la Presencia Divina en todas las circunstancias y situaciones de mi vida. Yo soy un canal para que la Presencia Divina exprese el amor en el mundo y me alineo con Su naturaleza en mí.
Doy las gracias por este reconocimiento de mi unidad con la Presencia Divina y de su acción en mi vida.
Dejo ir esta, mi palabra de afirmación, hacia la Ley que gobierna la creación.
Y así es.
Diane Tapogna, RScP
Centro para la Vida Espiritual, Santa Rosa
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