Por consiguiente, yo soy una hija de Dios, sin excepción. Fui creada a propósito en la imagen de la Divinidad, una hija de Dios. La Divinidad está presente en mi vida, en mi cuerpo, mente y espíritu. Soy inseparable de este Uno. Dios es el aire que respiro, lo que hace latir mi corazón y la tierra que piso. Dios obra por mí y conmigo en todos mis asuntos. Yo soy parte de la Totalidad de Dios. Ya que esto es verdad para mí, es verdad para todas las personas, para toda la creación de Dios.
Desde este lugar de Unidad, declaro esta palabra sobre mí y para mí, para todas las personas de mi país y del mundo. Soy amorosa conmigo misma y acepto la presencia de Dios en mi vida. Mientras soy abrazada por Dios, dejo ir todo lo que no sea de beneficio. Me inclino hacia ese Uno que está presente aquí mismo y en este mismo momento. Mis prácticas diarias de espiritualidad y cuidado propio me llenan y me preparan, de manera que sea más fácil ir al Dios interior para recibir guía y apoyo. Reconozco que la unidad y el santuario que busco es la Divinidad que siempre reside en mí. En medio de mi día, invito a que la experiencia de conexión y unión se expanda. Al encontrarme con mi prójimo, me doy cuenta de lo que compartimos en amor.
Extiendo la buena voluntad y la compasión en mi vecindario, en mi comunidad y en las redes sociales. Podría ser a través de una oración silenciosa, un oído empático, ceder el derecho de vía en el tráfico, una sonrisa o un saludo amistoso. Afirmo mi disponibilidad para ser un lugar seguro que construya puentes entre las personas. Escucho de manera profunda y generosa, con un corazón abierto para poder entender. Me pongo a mí misma en “pausa” antes de hablar o escribir. Le doy la bienvenida a un sentimiento más amplio de paz y confianza que me permita aventurarme hacia un espacio más profundo en mí y en mi conexión con todos los seres y la Vida. Declaro que la unidad es nuestra naturaleza y que, por medio de la unidad, prosperamos. Recuerdo que Dios, la Vida y el Universo obran por mi bien.
Descanso en esta consciencia, reconociendo esta verdad espiritual acerca de mí, para mí y para todas las personas. Todo existe dentro del Uno.
Dejo ir esta oración al corazón y a los brazos de la Divinidad donde es conocida y hecha.
Amén
Amada Colt RScP,
Center for Spiritual Living, Santa Rosa
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