La vida es infinitamente generosa —granos de arena, polen, estrellas, átomos, semillas— en todas partes hay más que suficiente. La abundante generosidad de nuestra Amada Fuente se derrama, se extiende, se entrega incansablemente en todos los niveles de la realidad que podemos ver y aún en aquellos que son invisibles para nosotros, porque es su naturaleza dar, proveer mucho más allá de la necesidad.
Yo soy hecha de la misma naturaleza, una copia de este patrón de Bondad y Abundancia, cumpliendo mi papel en el fluir Divino. Mi anhelo por el empoderamiento de los recursos es el anhelo del Espíritu de actuar, bendecir y amar a través de mí.
Estoy emocionada, sabiendo que soy parte de la rotación infinita de la circulación, y por lo tanto soy su receptor feliz. Mi vida es una vida llena de confianza y fe porque sé que se me da aún antes de pedir. La abundancia de la bondad infinita disponible está a mi alcance.
Sabiendo que mi suministro es tan inevitable como el agua que aparece cuando abro el grifo, estoy alegremente agradecida. Con enorme entusiasmo, espero para afirmar mi bien.
Y así es.
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