Dentro de esta única Presencia amorosa, solo hay un Dios. Es la totalidad del ser que entra y sale de la forma, creando de nuevo en cada momento. Está activa y presente en toda la creación, en comunión constante y compasiva con todos los aspectos de Sí misma como la Vida.
Y yo soy parte de esta expresión amorosa de Dios, integrada a Su totalidad, inseparable de la plenitud y bondad del Uno. Yo soy un instrumento y actividad de esta comunión sagrada, un lugar en el que Dios se presenta. Está en mi naturaleza divina disfrutar de esta comunicación divina, una conexión irrevocable e inquebrantable con Dios. No tengo fronteras. No existe un lugar en el que yo termine y el resto de Dios comience.
Desde este espacio de integridad y unidad con la Fuente de mi ser, hablo mi palabra para mí misma. Acepto una mayor experiencia de la comunicación clara en cada aspecto de mi vida. Me doy cuenta más fácilmente de cualquier pensamiento, idea o creencia en la carencia, la limitación, la separación o el miedo, y los dejo ir. Mantengo un canal de comunicación abierto con la Divinidad a través de mi práctica diaria de oración, meditación y comunión con la naturaleza. Así me vuelvo un oyente más sensible. Voy más lento para escuchar la voz de Dios en mí. Confío en los mensajes que llegan a través de mi cuerpo, corazón e intuición. Soy más amable, transparente y no uso armaduras al comunicarme con otros. Me doy cuenta de que mi diálogo interno es más amable, gentil y flexible. Declaro que tengo la disposición para escuchar más de lo que hablo. La honestidad va acompañada de la amabilidad. Disfruto y cultivo ser un instrumento de comunicación con la Vida que es más claro y compasivo. Me inclino hacia una comunicación más profunda con la Divinidad.
Reconozco esta Verdad con agradecimiento y alivio; estoy segura de que ya esto es conocido y realizado en Dios.
Y así es.
Amada Colt, RScP
Center for Spiritual Living Santa Rosa
# UnMundoQueFuncionaParaTodos
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