Dios se revela eternamente en todo lo que es. Se revela en mí, como yo y a través de mí. La presencia de esta realidad divina y misteriosa no depende de mi conciencia de ella. Está en mí, y en toda persona; nadie y nada queda excluido. Estoy unificada con todo lo que es y Dios es todo lo que es.
Mi conciencia se expande para darme cuenta de que todas las personas, incluyéndome a mí misma, somos hijos de Dios. Puedo saber esto aun cuando enfrento ideas opuestas y situaciones que parecen contrarias. No hay ninguna separación entre mi ser y el de otro ser humano. Comprendo que la percepción de Dios se está ampliando en todas las personas, y honro este proceso. Creo en la unidad, y confío en que el amor poderoso de Dios se expresa y se expande hacia toda la humanidad. La paz y la armonía siempre triunfan sobre lo que percibo como el caos. Las percepciones no son la Verdad, y así como confío en que Dios está presente en todo, eternamente y en todas partes, mi conciencia se llena de paz. La paz de Dios me guía al presenciar los eventos mundiales y en mi relación con todas las personas.
Saber que todo esto es la verdad me llena de confianza y paz. La manifestación de esta oración ya está creciendo en mi corazón. Simplemente dejo ir esta oración, confiando en que ya todo está hecho.
Y así es.
Sherry Vierra, RScP
Center for Spiritual Living, Santa Rosa
Sherry Vierra, RScP
Center for Spiritual Living, Santa Rosa
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