Dios es la fuente y la sustancia de todo lo que existe, y está creando de nuevo en cada momento. Lo Divino está presente en todas partes, nunca ausente, envolviendo a todo en Su plenitud. Incluye lo visible y lo invisible, lo conocido y lo desconocido. No hay nada fuera de Dios. Esta fuerza irresistible e inquebrantable de amor y compasión siempre actúa en beneficio de la creación. Aunque transforma lo invisible en forma desde Sí mismo, permanece intacto. Su plenitud está, atraviesa y es toda la vida. Cada momento sagrado es el presente eterno.
Yo estoy hecha en la imagen de Dios, soy una hija de Dios. Ya que esta es la verdad para mí, es la verdad para todos los seres y todas las formas de la creación. No hay lugar donde yo termine y el resto de la vida de Dios comience. Lo Divino respira a través de mí y hace latir mi corazón. Yo soy una expresión única de lo Divino, un lugar donde aparece Dios. Soy inseparable del Uno, vivo dentro de la plenitud de Dios, conectada con todo lo que es.
Desde este lugar de unidad, declaro esta oración para mí y para todos los seres humanos, todas las criaturas y nuestra Madre Tierra. En medio de los eventos políticos, nacionales y mundiales, elijo percibir este tiempo como un tiempo de despertar, en el que las preocupaciones y los problemas se traen a la luz. Reconozco que la unidad de la Vida es mayor que la suma de Sus partes. En esa unidad está el poder para unificar, de una manera nueva, aquello que parece estar fracturado temporalmente y en oposición a su Ser divino. Esto comienza conmigo. Donde haya una experiencia de odio y temor, estoy más dispuesta a amar y a comprender. Practico la bondad en mis actividades diarias. Si aparece la injusticia, me abro al perdón y a la acción constructiva. Cuando sienta o presencie la separación, busco las formas de sentir y promover la inclusión. Aprecio nuestra humanidad compartida, y abro mi mente a otras perspectivas. Si soy llamada a abogar por una causa, lo haré con buena voluntad y con métodos que promuevan la comunicación y fomenten la comprensión entre todas las partes involucradas. Por nuestra bella Tierra y todo lo que vive en ella, confío en la Inteligencia infinita del Universo. Los seres humanos somos parte del mundo natural. Afirmo que las respuestas y las herramientas están presentes y disponibles por medio de la voluntad de Dios para preservar el equilibrio, la diversidad y la armonía de la naturaleza y de la humanidad.
Estoy agradecida por este cambio en mi consciencia, por la luz divina que se ilumina por medio de este conocimiento. Confío en que ya está hecho en la mente de Dios.
Y así es. Amen.
Amada Colt, RScP
Center for Spiritual Living, Santa Rosa
hermosoç1 Y así es!... gracias!
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