La
naturaleza harmoniosa y ordenada del Espíritu Viviente está en todas partes.  El universo entero  es progresivo, estacional, cambiante – pero
ordenado. Se puede observar en la gloria de los árboles que derraman sus hojas
y luego florecen y en la rotación de la tierra alrededor del sol. Las
estaciones son predecibles, y sin embargo, sorprendentes cuando vivimos en un
estado de asombro y nos maravillamos de cada momento presente. Estoy
consciente  de diminutos milagros  a mi alrededor en todo momento. 
Al
igual que reconozco que estos milagros me rodean, se que a todos se nos da
continuamente  el regalo de fenómenos de
la naturaleza nuevos y milagrosos. A esto le llamo la definición de la
harmonía. 
Es así
como con este recordar ofrezco una oración de gracias por mi vecindario. Acepto
que cada familia despierte a las maravillas de la conexión Divina y comparta la
alegría de relaciones pacíficas, corazones compasivos y servicio sagrado
mutuo.  Ya sea en sólo la consideración y
la cortesía dentro de cada mente o en actos concretos de mutua bondad, mi
vecindario es un lugar tranquilo y lleno de amor.  Declaro que la harmonía de la naturaleza vive
en cada uno de nosotros quienes compartimos nuestra comunidad. 
El
agradecimiento inmediata y poderosamente realza mi experiencia. Abro mi
corazón  y le doy la bienvenida a la paz
que me brinda.  
De esta
gratitud, libero mi oración a la actividad de 
la Ley que transforma la energía en nombre de todos para el máximo
beneficio.
Y así
es.   
